Roma; sacarte de mi mente. Primeros pasos.

Ciao, amore. ¿Comme stai?

Hoy ha sido mi primer día en Roma; sola, completamente sola. Como si fuera la primera vez que mamá me lleva a la guarderia... Solo que sin mamá y en un lugar mucho más grande.

Mi primer giro, mis primeros contactos, mis primeras palabras en italiano... Mis primeros pasos sobre el asfalto de esta ciudad que no pierde su encanto ni siquiera cuando anochece.


He pasado un muy buen día, amor.

Hoy te he buscado por toda la ciudad. He entrado a bares, he preguntado a vagabundos, he cogido autobuses, he perdido trenes, he llamado a timbres, he entrado a hoteles, he buscado hasta debajo de las piedras, vida...


Y, sin embargo, no te he encontrado.

En los bares me decían que no existía ningún bocadillo llamado así, los vagabundos intentaban sacarme dinero, en los autobuses y trenes tan solo había empresarios que me empujaban contra las ventanillas y no me dejaban ver nada, la gente a quien llamaba me tomaba por loca, en los hoteles no había nadie registrado con ese nombre y debajo de las piedras lo único que he encontrado han sido unas cuantas hormigas voladoras transportando trocitos de pan.
Bueno, amor, quizá eso sea una señal.

Por lo menos, ahora ya sé que en Roma... Tú no estás.



Eita.

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